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martes, 26 de septiembre de 2017

LA MAGIA DE UN CONCIERTO



El piano juvenil de Paco Alonso. Obras granadinas para piano a dos y cuatro manos de Francisco Alonso. Iberian & Klavier, dúo de pianos. Ibermusik. Teatro Infanta Isabel. Madrid, 25-9-2017. 


Dicen en Galicia que haberlas … hailas. Salvando las distancias, o quizá no tanto, y aunque no se sabe cómo ni cuando, es conocido que en algunos conciertos se produce una especial comunión entre el intérprete y el público. En el recital que comento ocurrió: a mi juicio la música fresca, sencilla y emotiva, servida por una interpretación brillante, colorista, riquísima en matices y dinámicas, llegó a la sala y caló en un público que terminó entusiasmado y entregado. Estoy convencido de que esa retroalimentación desde el público hacia el intérprete se produjo con intensidad; Iberian & Klavier, dúo de pianos formado por Laura Sierra y Manuel Tovar, estaban contentos y emocionados. Y quisieron corresponder nada menos que con seis propinas, si no recuerdo mal, entre ellas una virtuosística y espectacular interpretación del célebre tema Moon River, además de  la Malagueña de Lecuona, la Pavana, de Albéniz y la Danza de La vida Breve, de Falla.

Formaba la base del concierto, la presentación en Madrid del CD (ya comentado en este blog:
(https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=19762009499901197#editor/target=post;postID=8524010338269863831;onPublishedMenu=allposts;onClosedMenu=allposts;postNum=1;src=link) dedicado a la música para piano del compositor granadino Francisco Alonso. Música de su primera etapa creadora, escrita en Granada antes de su traslado a Madrid en busca de la fortuna y la gloria. Música sencilla, delicada, encantadora y atractiva. Pequeñas piezas dedicadas a jóvenes muchachas de su círculo familiar y de amistades (Pilarcita, María Luisa, Rosita, Doli), o al paisaje y el embrujo de su Granada natal (Danza gitana, Noche en la Alhambra, Marcha mora, Mi adiós a Granada).

Música que fue interpretada por Laura y Manuel con solvencia técnica indiscutible, y, además, con una especial intensidad emocional. Los pianistas extrajeron del teclado un amplio y variado colorido, una extraordinaria gama dinámica con delicados pianísimos y potentes y rotundos fortísimos, con elegancia y distinción. El público sintió la emoción y guardó un silencio religioso porque nadie se atrevía a interrumpir la especial sensación que la música de Alonso ponía en la cálida sala del teatro.

En el concierto estuvieron presentes familiares del compositor; su hija y uno de sus nietos dirigieron al público unas breves palabras, muy emocionadas como es natural, recordando a su padre y abuelo y agradeciendo el esfuerzo y la colaboración de quienes han propiciado la recuperación de estas partituras, su interpretación, su grabación y su difusión.  Aunque, modesto, nos permitimos añadir nuestro aplauso.

Vidal Hernando.

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